lunes, 25 de agosto de 2014

Cuento de machismo y cansancio

Os voy a contar un cuento. Bueno, mejor una historia. Que los cuentos suelen ser falsos y este cuento, por desgracia es muy real
"Tío se baja del bus. Tío pide cigarro. Tío se va sin cigarro. Tío viene y pregunta qué bus cojo. Tío pregunta de donde soy, cuantos años tengo, a qué hora llega mi bus... Pintando contesta y se inquieta un poco. Tío comenta que solo quedan cinco minutos para que venga el bus de Pintando. Tío pregunta nombre. Dice que es un nombre bonito. Tío pregunta si Pintando tiene novio. Pintando contesta con un escueto sí. Llega un bus. Pintando cruza los dedos esperando que sea el suyo. Es un 724 que pasa de largo. Tío parece que se alegra. Tío dice: "Eres mazo de guapa tía". Pintando suelta un rollo sobre que no es mérito suyo; que todos nacemos como nos toca y bla, bla, bla. El tío dice que mola. Llega una viejecita y se sienta en la parada en medio de los dos. El autobús de Pintando viene 30 segundos más tarde. Pintando respira aliviada cuando Tío no se sube a su bus."
¿Fin?
No, joder, no.
Hoy sí.
Pero, y mañana?
¿Volveré a encontrarme a este tío? ¿Querrá solo hablar? ¿Calculará cuanto tiempo tiene hasta que llegue mi autobús?
¿Y a cualquier otro tío?
Siempre habrá un Tío borracho o no, que querrá o no hablar, que calculará cuanto queda para que venga mi bus, que me preguntará si tengo novio. Y yo tendré que responder. Tendré que dar detalles de mi vida a ese extraño solo ¿para qué? Para sentirme más tranquila. Para notarle entretenido y que deje de calcular cuanto tiempo queda para que venga mi bus, que deje de pensar qué puede hacer en esos 5-10-15 minutos.
Para que no piense en violarme, vamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...